De los terrores que se manifiestan en el alma,
arcano secreto ha de fluir por la conmiseración
de un duelo, una flor y la espada de Aleph.
De la sapiensa y los inframundos,
la trémula noche invoca el alma de Erink.
. . .
La manifestación de un orgullo, la de Asdrúval
y sus ojos como su aliento robado por un beso;
de los terrores y el amor derrotado,
abriendo las puertas de su exilio ha llegado.